domingo, 28 de septiembre de 2008

BIOGRAFIAS

René Orlando Houseman


El 'Loco' fue un artista de la pelota. Imprevisible, creativo, veloz. Gambeteaba en el aire y muchas veces hacía pasar papelones a sus rivales. Gran definidor. Un genio.


Sin lugar a dudas, uno de los grandes punteros derechos de la historia del fútbol argentino, que a su innata habilidad y desparpajo para encarar por las bandas, sumó un claro poder definidor. René Orlando Houseman heredó el apelativo de “Loco”, que parece caberle a todos los “wines” del fútbol argentino, y le hizo honor dentro y fuera de la cancha. En el campo de juego, con improvisaciones que dejaban a sus rivales muchas veces en ridículo; en la vida, con actitudes de las que seguramente él fue el menos culpable, pero que incidieron para que su estrella se apagara en forma prematura. Campeón en el ascenso con Defensores de Belgrano, luego fue pieza fundamental del Huracán del “Flaco” Menotti, que deslumbró y ganó el torneo de Primera en 1973, y figura desequilibrante en la Selección Argentina, con la que se consagró campeón mundial en 1978. En su ocaso, llegó a clubes grandes como River e Independiente, aunque terminó su carrera en el ascenso, en el club del que siempre fue hincha: Excursionistas. Para definir a Houseman sólo cabe una palabra: genio.

René Orlando Houseman nació en La Banda, Santiago del Estero, el 19 de julio de 1953. A los 4 años, su familia se trasladó a la Capital Federal y pasó a engrosar los núcleos de provincianos que se asentaban en las villas de emergencia, en este caso en una del Bajo Flores a la espera de que las cosas mejoraran, lo que en la mayoría de las veces no ocurría. Así fue que René, con sus 4 añitos, pasó a ser uno de los tantos pibes a los que la vida hace (lo sigue haciendo) crecer de golpe entre los estrechos pasillos del asentamiento y el campito lindero para jugar al fútbol. Allí, comenzó a hacer las delicias de los vecinos que muy pronto empezaron a hablar del flaquito que la “descosía” de la mañana a la noche en interminables “picados” contra tipos más grandes que él.

Alguien lo vio y tras un breve paso por el club de sus amores, Excursionistas, ingresó a las divisiones inferiores del rival acérrimo: Defensores de Belgrano. Debutó en la Primera con 16 años y se convirtió en figura y atracción de un equipo con el que terminaría siendo campeón del Ascenso en 1972.

La notoriedad que el “Loco” había alcanzado en ese certamen provocó el interés de varios equipos de primera, y finalmente, con 19 años, el pibe que había deslumbrado en los potreros de la villa y los desparejos campos de la segunda división, llegó a la Primera A. Fue en el Huracán que César Luis Menotti forjó a su estilo y en el que había talentos como Baley, Basile, Carrascosa, Brindisi, Babington, Avallay...

Con ese equipo de estrellas se consagró campeón en 1973, al tiempo que se catapultó a la Selección Nacional que preparaba su participación en el Mundial de Alemania de 1974. Y a pesar que la actuación argentina no fue más allá de los octavos de final, El “Loco” Houseman fue notable figura y goleador del equipo, con 3 tantos.

Su trayectoria continuó en el Globito hasta 1980, cuando los dirigentes decidieron transferirlo a River. Pero esa es otra historia, porque es allí donde aparecen los primeros e inocultables signos del ocaso. Antes, había llegado el pico de la gloria en el Mundial 78, donde se clasificó campeón y aportó su gran fútbol a un equipo dirigido justamente por quien lo llevara al Huracán del 73, el “Flaco” Menotti, quizás el que mejor lo conoció y supo aprovechar sus condiciones inmejorables.

Volvemos al 81 y aquella temporada en River, en la que sólo jugó 12 partidos. Al año siguiente intentó fortuna en Colo Colo y luego, tras un efímero regreso a Huracán, en 1983 mostró su magia en cuentagotas en un fútbol por entonces incipiente como el sudafricano, en el club Amazulu. Era impensable que un tipo como René pudiera mantenerse mucho tiempo en la rígida Sudáfrica del apartheid, por eso no sorprendió que al año siguiente estuviera en la Argentina y probara fortuna en Independiente, donde apenas disputó 3 encuentros.

El definitivo adiós al fútbol llegaría en 1985, en el club de sus amores: Excursionistas. Por entonces, parecía que el esplendor del “Loco” era cosa de la prehistoria, y sin embargo se había consagrado campeón del mundo apenas siete años atrás. Tenía 32 años, pero su rostro (también su físico, claro) mostraba las huellas de una vida cargada de excesos, que jamás pudo controlar. Es que a René, de repente, le habían puesto en las manos una Ferrari sin que nadie le enseñara a manejar...

Lo que perdurará por siempre es su fútbol inmenso, esa alegría que desparramó por los campos de juego, pero que lamentablemente no lo acompañó en la vida.

. Su carrera:

Debut en la Selección Nacional: 17 de mayo de 1973, Argentina 1 – Uruguay 1, Copa Lipton, estadio de Vélez Sársfield, Buenos Aires.

Selección Argentina (1973/79)

Partidos: 55.

Goles. 13.

Debut en Primera División: 5 de mayo de 1973, Huracán 6 - Argentinos Juniors 1.

Defensores de Belgrano (1971 y 1982)


Huracán (1973/80 y 1982/83)

Partidos: 266.

Goles: 108.

River Plate (1981)

Partidos: 12.

Goles: 1.

Colo Colo de Chile (1982)

Amazulu de Sudáfrica (1983)

Independiente (1984)

Partidos: 3

Excursionistas (1985)

. Títulos:

Selección Nacional: Campeonato Mundial Argentina 1978.

Huracán: Metropolitano 1973.

Defensores de Belgrano: Campeonato de 2ª 1972.

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